miércoles, 29 de febrero de 2012

El moralismo tiene dos caras

El diccionario de la Real Academia de la Lengua define así la moral:
1. adj. Perteneciente o relativo a las acciones o caracteres de las personas, desde el punto de vista de   la bondad o malicia.
(...)
3. adj. Que no concierne al orden jurídico, sino al fuero interno o al respeto humano. Aunque el pago no era exigible, tenía obligación moral de hacerlo
4. f. Ciencia que trata del bien en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia.


En cuanto al moralismo, ofrece la siguiente definición:
1. m. Exaltación y defensa de los valores morales.

 Las definiciones de diccionario suelen ayudar pero no resolver. Es verdad que la moral estudia el comportamiento de las personas a partir de medidas de bondad o malicia, pero ese estudio está lejos de zanjar la discusión acerca de la diferencia entre las intenciones y las consecuencias, pues las consecuencias no siempre se corresponden con las intenciones de una acción: un acto malintencionado puede tener consecuencias buenas y un acto bienintencionado puede tener consecuencias funestas. De estas caóticas posibilidades derivan un par de refranes: "no hagas cosas buenas que parezcan malas" y "el camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones".

La moral como estudio del comportamiento humano comprende estas posibilidades y las analiza de manera racional; lo que es más interesante, se esfuerza por distinguir entre la evolución de los valores y el relativismo moral: para las personas del siglo XXI es inmoral que no se permita a una mujer estudiar y tener una carrera profesional, mientras que para  las personas del siglo XIX se consideraba inmoral que una mujer estudiara y pretendiera hacer algo distinto a ser monja o criar una familia. 

El ejemplo anterior puede ayudar a distinguir la moral del moralismo: la moral dicta que una mujer de manera personal y libre puede elegir entre dedicarse a criar una familia, hacer un doctorado en biología molecular, meterse de monja, convertirse en acompañante de lujo, optar por el celibato o combinar algunas de las anteriores, por ejemplo, criar un par de hijos e impartir clases de biología molecular, casarse sin tener hijos, tener hijos sin casarse o cuidar muchos niños en un orfanato, como monja. El moralismo pretende elegir lo mejor para todas las mujeres, ya sea que ellas están o no de acuerdo. 

La evolución no está en lo que puede hacer una mujer de su vida, sino en que se le reconoce el derecho de elegir. Es relativo que elija ser ama de casa o profesionista (de hecho puede ser ambas cosas) pero no lo es la libertad de su elección. 

Es moral que una mujer pueda decidir su vida libremente pero, repito, es moralismo pretender elegir por ellas, por ejemplo, pretender que si una mujer no desea tener pareja deba meterse de monja, obligarle a contraer matrimonio y evitar que tenga estudios profesionales o pretender que no tenga uno, dos o tres hijos, sino once o doce.... como también es moralismo negar el derecho de algunas mujeres a optar por una vida de familia, por no desear estudios profesionales, por no interesarse en política o por anhelar tres o cuatro hijos. De un lado está el moralismo conservador y del otro el moralismo feminista, pero ambos pretenden decidir lo que es bueno para todas las mujeres y niegan la posibilidad de soluciones intermedias; por ejemplo, que una monja pueda ser culta o un ama de casa de interese en política.

Para exponerlo con mayor claridad, Tzvetan Todorov hace una brillante distinción entre la moral y el moralismo: "¿Qué es el moralismo? Es la lección moral dictada a los otros, de la cual quien dicta la lección se siente orgulloso. Ser moralista no quiere decir en absoluto ser moral. El individuo moral somete su propia vida a los criterios del bien y el mal, que rebasan sus satisfacciones o placeres."


Una persona moral se interesa en obrar responsablemente; un moralista se interesa en condenar, juzgar y si está a su alcance, castigar a quienes no comparten su moralismo.  La moral no es relativa, el moralismo sí lo es, a pesar de que los moralistas sean los primeros en negarlo.

La cuestión es que un fantasma recorre el mundo: el fantasma del moralismo. Hay dos formas de moralismo que se disputan el monopolio de las mentes de los jóvenes, al tiempo que afirman, cada uno de estos moralismo, que su punto de vista es el único que pretende el bienestar, el desarrollo armónico y la salud de los jóvenes, además de protegerlos frente a los males del mundo, el mercantilismo y la manipulación.

El origen de esta doble cruzada moral se encuentra en dos problemas sociales sociales específicos: las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y los embarazos no previstos, sobre todo en adolescentes. Se trata de problemas individuales que adquieren carácter público en la medida que su proliferación demanda acciones de Estado, ya sea a través de la provisión de recursos y políticas públicas para prevenir, atender y curar las ETS; como de recursos y programas para atender los embarazos adolescentes y, en caso de llevarlos a término, brindar seguridad social, educación y servicios públicos en general a esas nuevas familias (las que forman los padres adolescentes).

De aquí derivan tres problemas importantes: el primero es que el Estado sólo puede prevenir si lo hace  en la esfera privada, ya que las ETS y los embarazos adolescentes son resultado de decisiones personales que tienen consecuencias públicas. El segundo problema es que la intervención preventiva del Estado sólo puede ocurrir en la etapa previa a la decisión que conduce a contraer o no una ETS o tener un embarazo adolescente; lo cual implica intervenir en una esfera que para muchos debe estar reservada al individuo y la familia. El tercer problema es que lo anterior genera un enfrentamiento entre dos posturas: la que defiende la participación del estado en la formación de los valores individuales y la que sostiene que la formación de esos valores es una competencia exclusiva de la familia.

Resumo: el primer problema es que se trata de problemas que sólo pueden ser atendidos con la participación del Estado; el segundo problema es que se exigen soluciones de Estado, pero se rechaza su intervención (preventiva) en la educación de los jóvenes; el tercer problema es que los dos primeros generan una discusión acerca de a quién compete la educación de los jóvenes.

Veamos primero a quien compete brindar esa educación. Idealmente la familia es un espacio utópico en el que los padres informan a sus hijos sobre los riesgos y alternativas en asuntos como adicciones, sexualidad, entretenimiento sano, opciones profesionales, etc. Idealmente todos los padres, ya sea por formación cultural o por experiencia de vida son competentes para conducir de manera civilizada y racional estas pláticas familiares de las que, idealmente, surgirán jóvenes bien formados e informados, listos para salvaguardar su propia salud física y mental.

Lamentablemente, la mayoría de los padres no pueden, no saben o no quieren hablar de esos temas. O los padres quieren pero los hijos prefieren buscar información en otros lugares, desde Google hasta los profesionales de la materia, pasando por la biblioteca pública más cercana, sus amigos y los documentales de Discovery Channel.

La familia, por tradición es eficaz en la transmisión de valores como la responsabilidad, la honestidad y la solidaridad, pero hay un déficit muy real en cuanto a la educación en salud reproductiva, adicciones y entretenimiento. Lo más que hemos avanzado en ese sentido es a que muchos padres le tengan fobia a los videojuegos, las patinetas y las bicicletas, que muchos otros vayan del extremo de confundir una migraña con una adicción al extremo de sentarse a ver los concursos del domingo junto a una adolescente lleno de anfetaminas y entrar en una profunda negación (mis hijos jamás harían algo así)... o limitar la educación en materia de salud reproductiva a frases del tipo: "de esta casa no sales si no es de blanco" o "cásate pronto porque quiero conocer a mis nietos".

Ante semejante vacío (por no decir hoyo negro) la intervención del Estado es indispensable, pero trae consigo un problema adicional: ¿qué tipo de educación e información puede ofrecer el Estado? La respuesta debería ser simple, pero no lo es porque los moralistas impiden que lo sea: por una parte, están los que consideran que educar es repartir condones y por la otra lo que opinan que educar es repartir biblias; me gustaría que no fuera tan burdo pero lo es.

Quienes consideran que repartir condones es educar, reducen dos problemas complejos (las ETS y los embarazos entre adolescentes) a una acción muy simple, sin resolver ni abordar esos problemas. Pretenden, además, que todos los adolescentes son protagonistas de Thirteen, Bully o Kids e ignoran que las estadísticas sobre los jóvenes activos sexualmente son poco confiables (porque en las encuestas muchos o la mayoría mienten, aunque los encuestadores busquen formas de detectarlo y neutralizarlo), pasan por alto que no todos son hedonistas ni tienen una vida llena de parejas, amigos y oportunidades y desconocen... es más, descalifican cualquier tipo de vida distinta a la que a ellos les gustaría vivir.

Que haya algunos millones de jóvenes que por su religiosidad, sus valores familiares o personales, sus preferencias individuales, sus manías o su simple falta de atractivo lleven una vida de abstinencia, les escandaliza y les parece una inmoralidad.

Quienes creen que hacen un mundo mejor repartiendo biblias al menos se esfuerzan por hacer algo más que tratar de imponer a los demás sus propias fantasías. Pero tampoco resuelven los problemas de fondo. Entre los jóvenes que viven una religiosidad más o menos constante tienen un público cautivo, pero son incapaces de llegar al resto de la juventud que para bien o para mal es mayoría. Tampoco ofrecen alternativas para quienes toman la decisión de conocer el mundo con sus propios sentidos, ni les ayudan a volver a salvo de ese viaje; al cargar de contenido religioso estudios y propuestas que pueden ser difundidas de manera independiente, las hacen rechazables por quienes no comparten su religión y, en no pocas ocasiones, caen en el error de regañar, menospreciar o condenar a quienes se les acercan en busca de ayuda.

Esta doble cruzada moral impide que cualquier modelo educativo sea completo e integral. Lo moral sería ofrecer a los jóvenes toda la información y todas las alternativas racionales; pero eso implicaría reconocer que sus oponentes tienen un poco de razón y eso parece imposible, porque su visión moralista les impide reconocer y adoptar una parte del modelo educativo al que se oponen.

Pero ¿acaso es posible complementar ambos modelos? Estoy seguro de que sí.

Primero, hay que reconocer que la primera, las más económica y a veces la inevitable alternativa para que los jóvenes no se metan en problemas es la abstinencia. Dejar de ver a la abstinencia como una decisión que siempre es religiosa ayudaría a la autoestima de muchos jóvenes para quienes la abstinencia no sólo es una elección sino una condena, ya sea por carecer de habilidades sociales, atractivo físico, curiosidad o deseo.

La abstinencia es una opción no necesariamente religiosa y sí muy natural, pero no siempre se puede mantener aún cuando se le haya elegido; a veces la curiosidad, la pasión o el impulso pueden ser más fuertes y para esos casos está la información sobre anticonceptivos y formas de prevenir las ETS. Reconocer esa posibilidad sería un gran paso, pues se trata de ver las alternativas como complementarias y no como excluyentes. Un siguiente paso sería reconocer que cuando los embarazos adolescentes ocurren (y ocurren, unas veces a pesar del condón y otras a pesar de la religiosidad) hay alternativas y esas alternativas no tienen que ser el aborto: ¿acaso una adolescente no puede ser madre si le da la gana? ¿acaso no hay adultos que añoran tener hijos y no pueden, a los que les vendría de maravilla adoptar a esos niños inesperados?

Las soluciones, como se puede ver, existen y sólo requieren de sentido común (y no de moralismo) para poder hacerse realidad. Promover abortos puede parecer muy moderno para algunos, pero más moderno sería instalar los buzones para bebés que ya existen en hospitales de Europa. Puede parecer muy vanguardista repartir condones, pero lo sería más poner guarderías en las preparatorias. Y para quienes el aborto el un pecado que clama al cielo, lo único que clama al cielo es su absoluta falta de interés en lo que se sucede a lso niños que ustedes exigen que nazcan "¿O es que el embrión pierde su dignidad humana en el momento de nacer?".

Existen otros elementos que complican aún más la búsqueda de soluciones más prácticas y menos dogmáticas: las iglesias reclaman participar y excluir al estado mientas que los anticlericales rechazan cualquier participación de las iglesias. Es un hecho que las iglesias tienen una opinión y cuentan con el derecho a expresarla, pero también lo es que las feministas y organizaciones de izquierda tienen el mismo derecho a opinar; lo que no se puede ni se debe hacer es permitir que se imponga el modelo de alguna de estas organizaciones, ya sea por su clericalismo o su anticlericalismo.

Lo que sí se puede y es necesario hacer es tratar de llevar la discusión más allá del moralismo: esperar que conservadores y liberales se sienten juntos a elaborar materiales y programas de difusión es pedir demasiado, al menos para este siglo. Lo que sí se puede hacer, y eso sólo puede hacerlo el Estado como ente imparcial, es diseñar políticas educativas que no complazcan sólo a una de las partes, lo difícil es pedir que el Estado le pierda el miedo a ser moral, pues los gobernantes aún confunden su moralismo con la moral.





martes, 28 de febrero de 2012

Gente brigth: inteligentes por decreto.

El movimiento Brights, iniciado en 2003, promueve la visión naturalista del mundo, la divulgación del conocimiento científico y una educación libre de elementos sobrenaturales o místicos. Así lo definen los integrantes del movimiento, incluidos sus fundadores,  Paul Geisert Mynga Futrell , quienes trataron de acuñar un término positivo, libre de cargas culturales e históricas negativas, tales como ateo, positivista, materialista, anticlerical o irreligioso, hereje, entre muchas otras: Brigth en español significa "brillante" o "luminoso".

Encuentro en los brigth varios de los errores que ellos critican en los movimientos religiosos: vanidad, arrogancia, ignorancia, vaguedad y ambigüedad, sin dejar atrás la intolerancia... explicaré por qué lo pienso así, pero comienzo con la afirmación de que el movimiento brigth me parece poco brillante y menos aún, luminoso

Comienzo por la vaguedad: el término brigth es un eufemismo que pretende evitar el uso de palabras más precisas, que pueden y definen con mayor exactitud casos particulares, filosofías y hechos históricos específicos; se puede ser anticlerical sin ser ateo, o irreligioso sin ser materialista. Quien elige y profesa una religión es infiel o hereje para las demás, mientras que si alguien afirma "todas las religiones son igualmente verdaderas" puede ser calificado por lo menos como ignorante y por lo más como hereje, ya que muchas religiones son mutuamente excluyentes: adventistas, musulmanes, católicos... 

Además de aumentar la imprecisión, los eufemismos con frecuencia llegan al extremo de ser ridículos; como quienes llaman a los ancianos "adultos en plenitud" (¿en plenitud de dolencias?) o quienes llaman a los discapacitados "personas con capacidades diferentes" (como si todos los demás tuviéramos las mismas capacidades) mientras que los ciegos no dudan ni tienen miedo a la palabra ceguera. Hace un par de años, fui invitado en un programa de radio producido y conducido por personas con discapacidad que no dudan en decir su nombre y su discapacidad al presentar sus respectivas secciones. 

Bien, pues el término brigth se aproxima un poco a esas buenas conciencias que llaman a las cárceles "centros de reinserción social" y a los ancianos "adultos en plenitud": no ayudan a resolver el problema, ni mejoran la percepción social sobre el mismo. 

Mas aún, al autodenominarse brillantes hacen resaltar la elevada opinión que tienen de ellos mismos frente a la pésima opinión que tienen de los demás: nosotros somos brillantes y ustedes ignorantes, nosotros brillamos y ustedes obscurecen. ¿es así en verdad?

Aquí hay más que vanidad (igual pudieron autonombrarse "movimiento smart" o "movimiento handsome"); hay arrogancia; del mismo tipo de arrogancia que practican algunas personas religiosas, cuando pretenden que fuera de la religión no hay moral, o que las personas que no practican una religión, o su religión en particular, son inmorales, viciosas, poco exitosas, tristes y sumergidas en una existencia vacía, aburrida y sin sentido. Los brigth pretenden que las personas espirituales, religiosas o místicas son invariablemente estúpidas, ignorantes, iletradas y supersticiosas. 

En esa manera de oponer su visión del mundo, como la única correcta, hay una intolerancia que no se distingue mucho de la que existe en las teocracias que ellos combaten y denuncian: la inquisición castigó a quienes diferían, pero no olvidemos que también lo hizo el régimen soviético; que tanto en nombre de la fe como en nombre del ateísmo se cometieron crímenes y que lo importante de la historia no es arrojársela a los demás al rostro, sino para evitar repetirla.  

Así pues, en la palabra brigth también hay ignorancia. Así como hay personas religiosas que ignoran que fuera de su fe particular existen valores universales, los brights parecen ignorar las aportaciones de distintas religiones a la cultura universal, a las artes y a la ciencia

Peor aún, pretenden resolver su vida y su identidad a través de un atajo: como si declararse brigths fuera un certificado de inteligencia (lo mismo que declararse religioso no es un sinónimo de conducta irreprochable, o tener un título universitario no es sinónimo de competencia). Creedme, conozco personas que pretenden ser buenas sólo por que tienen una religión, ateos que se declaran tales sólo para convencer al mundo y a ellos mismos que son bien inteligentes (sin serlo) y personas con dos o tres posgrados que parecen haber conseguido más con sobornos que con esfuerzo o talento: natura non da, Salamanca non presta

En consecuencia, el movimiento brigth parte de un principio loable: promover la comprensión del mundo y el universo desde un enfoque científico y naturalista, pero actúa como un movimiento de intolerancia al criticar de manera agresiva las creencias religiosas, lo cual está al nivel de quienes van por el mundo prometiendo el infierno para los ateos. 

El brigth es además, un movimiento injusto de varias maneras: Es injusto al negar que en los ámbitos religiosos del siglo XXI hay profesionales altamente competentes y actualizados, que ejercen profesiones científicas y humanísticas unas veces de manera independiente de su religión y otras de manera complementaria, además de que existen algunos esfuerzos, unos muy serios y otros ridículos, por ejercer la ciencia sin excluir la fe. 

Pero sobre todo, ignoran que se puede ser ateo al mismo tiempo que ignorante, violento, radical, e intolerante

Finalmente, ignoran todo el dolor que ha generado a la humanidad pretender el monopolio de la razón. La ciencia necesita razones, no verdades y el movimiento brigth se acerca mucho, cada vez más, a un movimiento defensor de verdades supremas, evidentes e incuestionables. 

La fe no puede defenderse con el potro, pero tampoco la razón con el gulag





domingo, 26 de febrero de 2012

Los perros del mes: Lisichka y Chayka

Pocos recuerdan a Lisichka y Chayka, dos víctimas de la carrera espacial que murieron en la misión Korabl-Sputnik 1, el 28 de julio de 1960. 19 segundos después de su lanzamiento, se incendió una de las cámaras de combustión del cohete que se desintegró 9.5 segundos más tarde. La muerte de las dos pequeñas perras afectó al ingeniero en jefe, Serguéi Korolyov, quien solía jugar con Lisichka en el cosmódromo y se despidió de ella con las palabras "quiero que vuelvas". 

Después de la muerte de Laika, todos los lanzamientos de animales al espacio previeron el retorno de éstos en buenas condiciones, por lo que la nave contaba con un sistema de soporte vital.  

la experiencia de este accidente dio lugar a un sistema de rescate de emergencia para los astronautas; así se adoptó el  asiento eyectable como medio de escape durante el lanzamiento de un cohete. 

Lisichka significa "Zorra" y Chaika significa "Gaviota". 
Лисичка и Чайка

viernes, 17 de febrero de 2012

Hay canciones muy tristes

Carla Morrison: Pajarito del Amor















Mago de Oz: Es hora de marchar.















Enrique Bunbury: La chica triste que te hacía reír.


Adanowsky: Si aún quieres.


Joaquín Sabina: No puedo enamorarme de ti.















Real de Catorce: Polvo en los ojos.















Eliana Cuevas: Alfonsina y el Mar (una desconocida e interesante interpretación de este clásico)
















Miguel Bosé: Si tú  no vuelves.



lunes, 13 de febrero de 2012

Llamadas equivocadas

Más o menos un día de cada mes llama algún señor, siempre diferente y comienza un diálogo más o menos así:

riiiiinggggggggggg

_Sí, diga.
Qué pasó, compadre, dónde te has metido?

o bien:

_Sí, diga.
_Que pasó, ca, ¿si vas a venir?
_¿A quién busca?
_Pues a tí, no hagas menso...
_Por favor revise el número que marcó, creo que está equivocado.
_Ah, canijo, cómo eres cábula, ya no te hagas, dime qué pasó con eso que quedamos.
_Por favor, dígame a qué número marcó.
_Pues al ___ ____ ____ ____(que sí es mi número pero seguramente se lo dieron mal a propósito por molesto).
_Mire, creo que anotó mal el número, mi nombre es Perengano.
_No te hagas, si eres tú, ah, cómo eres bromista y dime ¿te seguimos esperando?
_Señor, en verdad le digo que marcó a un número equivocado. No no soy esa persona que busca.
_Ah, que caray...
(cuelgo).

Normalmente me llega una llamada de estas cada mes, a veces al teléfono fijo y a veces al celular, pero algún día me han llegado sendas llamadas a ambos números. Lo más extraño es que en el 90 por ciento de las ocasiones es algún confianzudo que anotó mal el número, o se lo dieron mal a propósito, que insiste y asegura que yo soy la persona que busca e insiste en que deje de hacerme guaje. Invariablemente, estas personas no preguntan ni se cuestionan la posibilidad de que aquél a quien buscan haya ido al banco, al baño o a Beirut; necesitan que sea la persona que responde para lanzarle a bocajarro frases como:

¡Cómpadre, cómo están todos por allá? (los amables)
¿Que pasó carnal, no que no perdían los Pumas? (los apostadores)
¿A ver méndigo, cuando me vas a pagar mis doscientos pesos? (los enojados)
¡Jorge! ¿Donde estás?, !llevo media hora esperándote! (las enojadas)
Oye, vamos a querer una más, igual que la otra, en el mismo lugar. Cuelga. (los misteriosos)

Y nadie se toma la molestia de verificar a quién están llamando... bueno, sí, los que buscan a alguna mujer que les dio mal el número, pero no son muchos y lo lamento porque siempre son gentiles:

_Digame.
_Buenos días, ¿se encuentra Mirna?
_mmm... me temo que marcó al número equivocado.
_No me diga, ¿entonces no conoce a Mirna Isabella Cerisola Díaz-Camacho? es que ella me dio este número.
_Tal vez usted lo anotó mal, lo siento.
_(con la voz quebrada) Está bien... disculpe la molestia.

Pero hay algunos más perseverantes; os aseguro que la siguiente llamada fue real:
_Buenos días, señor, por favor con Alfonsina.
_Creo que marcaste al número equivocado.
_No, yo sé que marqué bien... ¿No es la casa de Alfonsina? (comienzo a tener un presentimiento)
_¿Qué apellido te dio? ¿de casualidad te dijo..."Storni"?
_¡Exactamente! ¿Entonces usted es su papá, o eres su hermano? 
(¿Que hago, le digo que Alfonsina no vuelve?)
_Veamos... ¿tienes Internet?
_ehhh... sí, ¿por qué?
_Entra a Wikipedia y búscala por su nombre
_¿Cómo?
_Búscala en Wikipedia y si quieres luego me marcas de nuevo y platicamos.

No volvió a marcar; espero que no haya ido a buscarla hasta Argentina.

...bueno, en la llamada real preguntaron por Gabriela Mistral, pero no hay gran diferencia.

En cualquier caso, los jóvenes amorosos son gentiles. A este país le faltan más chicos así y menos rancheros echaos pa'lante:

_Si, digame.
_A ver, Nicanor, toma la troca y jalate pa' los campos de la loma, llénala de forraje y se lo llevas a Don Pericles, que ya me pagó.
_Señor, marcó un número equivocado.
_¿Cómo crees, infeliz? Ah, pelao, jijo...  A ver, Pásame a Nicanor.
_Señor, no soy Nicanor, marcó mal su teléfono
_Que me lo pases, te digo, ¿pos qué te estás creyendo, desgraciao?
_Señor, por favor fíjese bien cuando marque (cuelgo)

Con llamadas así me quedo preocupado porque no sé si:
Mirna le dio a propósito un número al azar o se quedó esperando la llamada e Joaquín (o Ricardo, Pedro, Donovan, Cuitláhuac o como sea que se llame).
Alguien pagará los doscientos pesos.
La mercancía será entregada a tiempo, o por no saber de qué mercancía ni de qué lugar me hablan, un sucio negocio se frustró y el verdadero contacto fue "escarmentado".
O tal vez, los que querían" una más, igual que la otra en el mismo lugar, al precio acordado", estaban comprando pizzas.
Jorge llegó a su cita o Melissa de plano se puso furiosa, lo cortó y, por despecho, ahora sale con su Jefe que es casado.
Despidieron a Nicanor por no llevar una carga de Forraje a Don Pericles. ¿Y si Nicanor tiene que mantener a seis hijos?

Todo esto viene a cuento porque acaba de entrar la llamada equivocada de este mes (espero que no sea de esta semana) en la que un señor insistía, que yo me llamo Héctor y no me creía que soy otra persona.

Pero el gran origen de esto es que la gente siempre cree tener la razón y si marcó a un número equivocado, el equivocado tengo que ser yo...

Hay otro tipo de llamadas odiosas:

riiiiinggggggggggg


_Dígame...
(grabación) _Buenos días, llamo de parte de la Ciudadana Cándida Tapia, candidata a gobernar el mundo por el Partido Ultranacionalista Mexicano, PUM, por sus siglas, la Ciudadana Tapia representa la esperanza de millones de ciudadanos como usted y yo que...

Por eso ya ni contesto el teléfono.

viernes, 10 de febrero de 2012

Algunas personas que me enseñaron a pensar

1. La maestra Paulita, de literatura (segundo de secundaria). Además, con me hipnotizaba, seducía, encandilaba... con su estilo de Audrey Hepburn en plan Cruella de Vil. Con ella descubrí que me ese feo vicio solitario que ejercía a escondidas, consistente en leerme cuanto libro encontraba es algo bueno, que eso que leía se llama literaturo y me dejó bastante claro por dónde debía comenzar, buscar y avanzar.

2. La maestra Adelaida Ocampo, de ciencias naturales. Antes de su aparición yo siempre me quedaba con una duda y un cabreo. Ella me enseño a buscar, preguntar, indagar, a no conformarme. Me exigió más que a nadie ese año y se lo agradezco.

3. La maestra Evelia, de español (tercero de secundaria), quien me mostró que para mi había un futuro. Ella observó que mi cabeza funcionaba y simplemente me mostró su confianza.

4. La maestra de matemáticas del cuarto semestre del CCH, cuyo nombre jamás pregunté... pero me hizo viajar por el Universo y comprender que las matemáticas no son payasadas, sino cosas útiles, comprensibles, valiosas.

5. La maestra Edith Herrera, de Historia. Me enseño que no basta saber. Hay que entender, respetar, callar... que eso de la inteligencia es cosa de caballeros y de damas, no de idiotas que hacen como que saben o que dicen palabras raras para ue parezca que saben (hola filósofos postmodermos).

6. La maestra de filosofía del último año en el CCH. Quien me regañó y me hizo notar la diferencia entre lo que soy y lo que puedo ser.

7. Ricardo Garibay, cada sábado por la mañana en el canal Once. Comencé a verlo cuando tenía como nueve años, porque me encantaba su actitud aunque no entendiera gran cosa. Pero con los años fui entendiendo, fui aprendiendo...

8. Maruxa Villalta. En algún momento de la tarde salía una cápsula en la que recomendaba un libro. ocasionalmente yo pasaba por la biblioteca y buscaba alguno. Cuando lo encontraba solía no gustarme. Quién sabe que rayos recomendaba esa señora, pero creo que nunca era lo que a mí me gustaba y sin embargo, me encantaba ver sus recomendaciones.

9. Jaime Sabines. Quien me enseño que hacia dentro también hay universos, paisajes, caminos.

10. Mi amigo Alejandro Peña. quien me enseñó que cuando sacamos lo que traemos dentro el resultado no siembre es algún líquido corporal. Sino, con frecuencia, algún objeto, dibujo, cuento... que todos chulean y eso se siente bonito.


El de la foto es grandioso, genial, irrepetible y siempre gritón Ricardo Garibay. 

miércoles, 1 de febrero de 2012

La SOPA y el ACTA

Lo que sigue es un fragmento del texto Uno o dos argumentos (nada pueriles) contra la SOPA y el ACTA, de Vivian Abenshushan
disponible en Letras Libres.


“¿Podrías tararear el Waka Waka?”, le pregunta un periodista televisivo a Shakira. “No, responde ella con   una sonrisa, porque cobro royalties.” 

Durante el Mundial de Futbol 2010 un pequeño escándalo se desató alrededor del zumbidito fastidioso (y omnipresente) de la canción oficial del torneo. No se trataba, por desgracia, de una discusión sobre gusto musical ni sobre el derecho que deberíamos tener los seres humanos a no escuchar una canción abominable que no nos gusta, pero que la industria ha puesto a todas horas en todas partes como una enfermedad inescapable. Más bien, alguien advirtió que la colombiana había plagiado a Wilfrido Vargas y que el estribillo de “El negro no puede” era el mismo del Waka Waka. 

Vargas desmintió el rumor explicando que la autoría era en realidad de un grupo camerunés, Golden Sound. Pero el grupo camerunés reconoció a su vez que ellos lo habían adoptado de un canto popular llamado Zangalewa que había surgido espontáneamente entre un grupo de scouts que lo cantaban mientras marchaban.

¿A quién pertenecía entonces la canción? Seguro, no enteramente a Shakira, pero ella cobraba royalties por tararearla cinco segundos en televisión y estaba dispuesta a defender supropiedad contra la piratería. Eso no es todo: si una adolescente descarga el Waka Waka de Internet (aunque podría, por su bien, descargar cosas mejores), en la escuela su maestra le dirá que está haciendo algo desagradable, incorrecto, poco ético, abusivo y que está a un paso de convertirse en delincuente. Como en efecto le sucedió a un grupo de girl scouts que fueron demandadas por cantar (sin pagar) canciones con copyright alrededor de la fogata, un caso documentado por Lessig en Free Culture.

No es que yo sienta un aprecio especial por los scouts, pero aquí es evidente que se los han timado. A ellos y a todos nosotros. Alguien nos ha querido vender algo que nos pertenecía de antemano."


Las negritas y el color rojo de algunos textos son resaltados míos.
El texto completo se puede leer aquí (parte 1) y aquí (parte 2)