sábado, 5 de noviembre de 2011

La siete Virtudes

La Iglesia católica considera al pecado mortal como un acto que aparta al Hombre de Dios. "Para que un pecado sea mortal se requieren tres condiciones: Es pecado mortal lo que tiene como objeto una materia grave y que, además, es cometido con pleno conocimiento y deliberado consentimiento". La ignorancia del mal puede disminuir el cargo de una falta grave, mientras que el pecado más grave se comete por una elección deliberada del mal.

Siete son los pecados que atentan contra los Mandamientos y por ello se consideran especialmente graves. los pecados mortales son conocidos y tal vez cometidos por todos, independientemente de la religión, pues esta lista enumera vicios del carácter, errores y debilidades universales. Algunos opinan que a la humanidad le falta imaginación para inventar un octavo pecado mortal, pero no estoy de acuerdo; la realidad  hemos inventado varios que no están en la lista: Intolerancia, que puede confundirse con el amor (la Inquisición lo hacía) y no siempre incluye ira; Irresponsabilidad, que puede ocurrir por algo parecido a la compasión o por algo cercano a la avaricia, sin ser siempre alguna de ellas; Procastinación, que a veces se acerca a la pereza y otras a la soberbia; Indiferencia, que puede tener algo se pereza y algo de ira sin ser una de ellas; Bizantinismo, que es algo intermedio entre la soberbia y la gula... ¿Que virtudes tenemos para combatirlas?
Mientras se me ocurren algunas, aquí va la lista de las siete Virtudes que se oponen a los siete pecados capitales: 

Humildad contra la soberbia.

“La virtud de la humildad consiste en mantenerse dentro de los propios límites, sin tratar de alcanzar cosas que están sobre uno, sino sometiéndose a la autoridad del superior" Tomás de Aquino.



Caridad contra la avaricia.

De acuerdo con la Enciclopedia católica el ejercicio de la caridad "
significa que nos levantamos por encima de la consideración de la mera solidaridad y compasión a la más alta perspectiva de nuestra común adopción Divina y herencia celestial; (...) y puede entenderse un tipo de identidad moral entre Cristo y el prójimo (Mat., xxv, 40). Desde este motivo superior la universalidad de la caridad fraternal sigue como una consecuencia necesaria. Todo aquel que vea en sus semejantes, no las peculiaridades humanas, sino los privilegios dados por Dios y semejantes a Dios, ya no puede restringir su amor a los miembros de la familia, o correligionarios, o conciudadanos, o a extraños dentro de las fronteras (Lev., xix, 34), sino que necesita extenderlo, sin distinguir al judío o al gentil (Rom, x, 12), a todas las unidades de la humanidad, a los expulsados socialmente (Lucas, x, 33 ssc.) y aún a los enemigos (Mat., v, 23 ssc.). Muy eficaz es la lección en la cual Cristo exhorta a Sus oyentes a reconocer, en muchos samaritanos despreciados, al verdadero tipo de prójimo, y verdaderamente nuevo es el mandamiento en el cual nos llama a perdonar a nuestros enemigos, a reconciliarnos con ellos, ayudarles y amarles".



Castidad contra la lujuria.

La Enciclopedia católica define a la Castidad como aquélla"que regula el apetito respecto a los placeres sexuales; a la castidad se puede reducir la modestia, la cual se relaciona con los actos subordinados al acto de reproducción... [además] excluye o modera la indulgencia del apetito sexual. (...) [pues] hay una oposición imposible de erradicar, la carne con su concupiscencia enfrentada sin freno al espíritu, cegándole y apartándole de la búsqueda de la vida verdadera".


Prudencia contra la ira.

La prudencia está descrita en la enciclopedia católica como esa virtud que nos dirige a escoger los medios más aptos, bajo las circunstancias existentes, para el logro de un fin esperado, siendo su acto propio, no escoger los medios adecuados, sino la dirección de esa selección, de tal manera que "si el fin es vicioso, aunque se manifieste cierta astucia en el discernimiento de los medios, tal astucia no es prudencia real, sino semejante a la prudencia". 

Templanza contra la gula.
De acuerdo con a Enciclopedia Católica "La templanza es esa virtud moral que modera de acuerdo a la razón los deseos y placeres del apetito sensual. Las clases subordinadas de templanza son:

  • abstinencia, que dispone a la moderación en el uso de la comida;
  • sobriedad, que nos inclina a la moderación en el uso de bebidas espiritosas".

Compasión contra la envidia.

En la enciclopedia católica la caridad y la compasión parecen ir juntas; sin embargo podemos identificar, a partir de los efectos de la envidia los de su contrario, por lo que es posible identificar la compasión con la definición de Caridad que aparece en el catecismo:"Hábito divinamente infundido, inclinación de la voluntad del hombre a amar a Dios por Sí mismo sobre todas las cosas y al hombre por el amor a Dios".

Diligencia contra la pereza.

Existe una identidad entre pereza, abulia, melancolía y pesimismo. Por lo que parece adecuado tomar del catecismo la definición de fortaleza para hablar de la diligencia (de hecho, creo que es más precisa): "La fortaleza es la virtud moral que asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien. Reafirma la resolución de resistir a las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral. La virtud de la fortaleza hace capaz de vencer el temor, incluso a la muerte, y de hacer frente a las pruebas y a las persecuciones. Capacita para ir hasta la renuncia y el sacrificio de la propia vida por defender una causa justa”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario